



Para poder entender estas singulares construcciones, tenemos que empezar describiendo su religión, el zoroastrismo. Esta es una religión que se formó alrededor del 1.500 a.C en la zona de Persia que se basa en las enseñanzas de su fundador Zaratustra (Zoroastro). Su Dios principal se llama es Ahura Mazda, un Dios inmortal que no requiere la práctica de sacrificios en su nombre.
Símbolo del Zoroastrismo Torre del silencio
El principio de esta religión que provoca que se creen las “torres del silencio” es la preservación de las siete creaciones: el cielo, el agua, el fuego, la tierra, las plantas, los animales, y el hombre. Y es por ello que el cuerpo del hombre no puede ser enterrado al morir, ya que el cuerpo contaminaría la tierra (una de las siete creaciones), ni incinerado, porque se contaminaría el aire. Es así como surge la exposición ritual de los cadáveres a las aves carroñeras.
A estas construcciones se las conoce con el nombre de “Torre del silencio” o “Dokhma”, y se construían alejados de la población para evitar la propagación de epidemias. Inicialmente, y antes de la construcción de las dokhma, los cadáveres se trasladaban a la cima de cualquier montaña o colina alejada de las ciudades, para ser devorados por las aves carroñeras, y una vez limpios los huesos se depositaban en los osarios. Por otro lado, para poder entender bien el ritual que se practicaba, voy a empezar definiendo estas torres.
Se realizaban en zonas desérticas, colinas y montañas. Eran de forma cilíndrica y se realizaban con abobe y piedras encontradas en la zona. En la cubierta se distinguen tres círculos concéntricos protegidos por un parapeto en todo su perímetro exterior, estos círculos servían para exponer los cuerpos: el exterior los de los hombres, el intermedio los de las mujeres, y el interior los cadáveres de los niños.
También mos en dicha cubierta, unos canalones que recogían los fluidos corporales y el agua de la lluvia, y los conducían a un pozo situado en el interior de la torre. Igualmente, hallamos en el interior de las dokhma el osario, donde se depositaban los huesos de los cadáveres cuando los buitres se habían comido la carne del cuerpo y el sol y el viento habían concluido su limpieza (se comenta que en el osario existía una corriente de agua que llevaba los restos al mar). Este proceso tenía una duración aproximada de un año.
Este largo ritual igualaba a los zoroastristas en el momento de su muerte: no había distinción de clases. El cadáver se llevaba en procesión desde la ciudad hasta las dokhma después de un enredado ritual que empezaba con un baño y unas plegarias. Luego, tras la velación al cuerpo de los familiares, se transportaba por los “nassesalars” (cargo generalmente hereditario) hasta las torres, a las cuales accedían a través de una puerta de hierro. A la torre solo podían acceder los nassesalars y “el mago”, este último era quien se encargaba de preparar al muerto y dejarlo en el pozo para ser devorado por los buitres. Se dice que si estos se comían primero el ojo derecho, significaba que el difunto iba al paraíso, y que si se comían primero el izquierdo, es que el difunto era una mala persona, del mismo modo, se dice que los magos ponían una piedra en el ojo izquierdo para que los buitres empezaran por el derecho.
-Dokhma en La India, 1880.
-Dokhma en Bombay, 1986.
-Un dibujo del siglo XIX de las Torres del Silencio de Mumbai.